domingo, 24 de mayo de 2009

Alejandra


Mi tocaya, la rosa que no se marchita en mis tórridos inviernos ni en mis sofocantes veranos, la que adorna el jarrón de mis esperanzas, la que cuando mis ganas se extinguen siempre la encuentran en la primera cuadra a mano derecha de la avenida ¨Mis Primaveras¨¨.
Mi tarjeta de presentación, laminada, pulida y mimada en la bolsa de mi camisa que siempre encuentro allí a dentro de mi pecho.
Encontré en sus ojos dos cristales de miel que rebalsaban de amor puro y tangible, un mágico vuelo de burbujas de ron proletario añejo extra ligth y un rostro que refleja la canción de las buenas nuevas de lo que vendrá en mi mañana.
Hoy, luego de ir a la cama el alba, el cielo brilla con tonos purpuras y rosas no mas porque se asomo al pie de tu ventana para un poco de voyeur matutino e ingenuo, tan purpura y rosa capaz de evaporar la nube angustiosa de mi absurda indecisión.